La fatiga democrática trata de poner sobre la mesa una realidad que no se puede obviar: La fatiga es peligrosa. Puede hacer ineficaces las políticas públicas cuando estas no son aceptadas, respetadas y compartidas. Este hastío, esta posible derrota psicológica de la sociedad, puede dar al traste con todos los esfuerzos económicos y políticos que se están activando.
La fatiga democrática trata de poner sobre la mesa una realidad que no se puede obviar: La fatiga es peligrosa. Puede hacer ineficaces las políticas públicas cuando estas no son aceptadas, respetadas y compartidas. Este hastío, esta posible derrota psicológica de la sociedad, puede dar al traste con todos los esfuerzos económicos y políticos que se están activando.