Mr. H is a hippopotamus who is tired of living in captivity in the zoo and decides one day to escape and return to his native Africa. With the help of a visiting schoolgirl named Rosana, he breaks free from his cage and exits the park. Mr. H encounters zoo employees and pedestrians and even strides into a pizzeria, but no one who crosses his path seems to find it strange that a hippopotamus is freely wandering the city streets. The colorful illustrations that capture this absurd situation add brightness to this delightfully silly story. El señor H es un hipopótamo que está cansado de su cautiverio en el zoo y un día decide volver a su África natal. Con la ayuda de una alumna visitante llamada Rosana, se libera de su jaula y sale del parque. El señor H se encuentra con empleados del zoo y peatones e incluso entra en una pizzería, pero nadie con quien se cruza se extraña del hecho de que un hipopótamo está vagando libremente por las calles de la ciudad. Las ilustraciones a todo color que captan esta situación absurda le otorgan brillo a esta historia deliciosamente tonta.
Mr. H is a hippopotamus who is tired of living in captivity in the zoo and decides one day to escape and return to his native Africa. With the help of a visiting schoolgirl named Rosana, he breaks free from his cage and exits the park. Mr. H encounters zoo employees and pedestrians and even strides into a pizzeria, but no one who crosses his path seems to find it strange that a hippopotamus is freely wandering the city streets. The colorful illustrations that capture this absurd situation add brightness to this delightfully silly story. El señor H es un hipopótamo que está cansado de su cautiverio en el zoo y un día decide volver a su África natal. Con la ayuda de una alumna visitante llamada Rosana, se libera de su jaula y sale del parque. El señor H se encuentra con empleados del zoo y peatones e incluso entra en una pizzería, pero nadie con quien se cruza se extraña del hecho de que un hipopótamo está vagando libremente por las calles de la ciudad. Las ilustraciones a todo color que captan esta situación absurda le otorgan brillo a esta historia deliciosamente tonta.