En este segundo volumen dedicado a la mítica, los autores han cambiado casi en su totalidad con respecto a los del primero. Los grandes nombres de la revista ya han alcanzado una solidez de maestros y su obra ya es conocida más que de sobra por los lectores.
Hay una nueva hornada de autores que, tomando como base el trabajo de sus antecesores, traza nuevos esbozos de temas antiguos que, poco a poco, van dando forma a lo que se va a convertir en el terror contempóraneo.
Nos referimos a escritores de tanta calidad como Robert Bloch, Henry Kuttner, Ray Bradbury, C. L. Moore o August Derleth, por poner unos pocos ejemplos. En las páginas de la revista que nace y renace continuamente, los recién llegados se codean en pie de igualdad con los clásicos y hacen que se transforme de una revista de cuentos de miedo a la base donde va a asentarse todo el terror posterior a ella, y buena parte de la ciencia ficción y la fantasía, pues en sus páginas, de manera lenta pero firme, se va afianzando el género más importante de todos los nacidos en el siglo veinte: la épica fantástica, ya sea con personajes como Conan, el cimmerio inmortal, o tantos otros nacidos de las manos más variadas.
Esta antología recoge una cuidada selección de obras de autores ya consagrados y otros que aún no lo estaban pero cuyo futuro se prometía muy brillante. Entre los conocidos: Bloch, Derleth, Hamilton, Kuttner, Keller; poco conocidos: Counselman; y, por último, pero no menos importantes, los inéditos Farley, Suter y un maravilloso encuentro con la fantasía heroica de la más alta escuela: Nictzin Dyalhis.
En este segundo volumen dedicado a la mítica, los autores han cambiado casi en su totalidad con respecto a los del primero. Los grandes nombres de la revista ya han alcanzado una solidez de maestros y su obra ya es conocida más que de sobra por los lectores.
Hay una nueva hornada de autores que, tomando como base el trabajo de sus antecesores, traza nuevos esbozos de temas antiguos que, poco a poco, van dando forma a lo que se va a convertir en el terror contempóraneo.
Nos referimos a escritores de tanta calidad como Robert Bloch, Henry Kuttner, Ray Bradbury, C. L. Moore o August Derleth, por poner unos pocos ejemplos. En las páginas de la revista que nace y renace continuamente, los recién llegados se codean en pie de igualdad con los clásicos y hacen que se transforme de una revista de cuentos de miedo a la base donde va a asentarse todo el terror posterior a ella, y buena parte de la ciencia ficción y la fantasía, pues en sus páginas, de manera lenta pero firme, se va afianzando el género más importante de todos los nacidos en el siglo veinte: la épica fantástica, ya sea con personajes como Conan, el cimmerio inmortal, o tantos otros nacidos de las manos más variadas.
Esta antología recoge una cuidada selección de obras de autores ya consagrados y otros que aún no lo estaban pero cuyo futuro se prometía muy brillante. Entre los conocidos: Bloch, Derleth, Hamilton, Kuttner, Keller; poco conocidos: Counselman; y, por último, pero no menos importantes, los inéditos Farley, Suter y un maravilloso encuentro con la fantasía heroica de la más alta escuela: Nictzin Dyalhis.