Las noches del gato verde no es un relato infantil: es un relato para niños. Y para los que no lo son tanto. Es además una historia de niños, de animales y de circunstancias escrito por una autora que creía en los niños, adoraba a los animales y vivía las circunstancias. A Elisabeth Mulder, el animal que menos afecto le inspiraba era la serpiente, y quizá por eso una de ellas se convirtió en protagonista de esta historia. Es Palmira, una serpiente grandota, mansa y casi humana. La sucesión de personajes, niños, adultos o animales, sus vidas, sus relaciones y sus sueños hacen que esta obra siempre merezca una segunda lectura.
Las noches del gato verde no es un relato infantil: es un relato para niños. Y para los que no lo son tanto. Es además una historia de niños, de animales y de circunstancias escrito por una autora que creía en los niños, adoraba a los animales y vivía las circunstancias. A Elisabeth Mulder, el animal que menos afecto le inspiraba era la serpiente, y quizá por eso una de ellas se convirtió en protagonista de esta historia. Es Palmira, una serpiente grandota, mansa y casi humana. La sucesión de personajes, niños, adultos o animales, sus vidas, sus relaciones y sus sueños hacen que esta obra siempre merezca una segunda lectura.