La sociedad helenística estaba, en tiempos de Epicuro, gravemente enferma, aquejada de males orgánicos y psíquicos. Con intención de devolverle la salud perdida aparecen numerosos médicos, cada uno provisto de su particular terapia. Epicuro fue uno de ellos. Diagnosticó los males, coyunturales y permanentes, y puso toda su sabiduría y empeño en encontrar una solución definitiva y eterna. En buena parte lo consiguió, pues muchos espíritus lo han seguido desde entonces con devoción.
La sociedad helenística estaba, en tiempos de Epicuro, gravemente enferma, aquejada de males orgánicos y psíquicos. Con intención de devolverle la salud perdida aparecen numerosos médicos, cada uno provisto de su particular terapia. Epicuro fue uno de ellos. Diagnosticó los males, coyunturales y permanentes, y puso toda su sabiduría y empeño en encontrar una solución definitiva y eterna. En buena parte lo consiguió, pues muchos espíritus lo han seguido desde entonces con devoción.