En el principio fue el verso. Cuando el niño aprende a leer, un código secreto se le revela. Cuando alguien se acerca por primera vez a la poesía, un canto inesperado lo deslumbra. En el aprendizaje constante que constituye el hecho de ser hombre, la poesía potencia nuestros sentidos y enriquece nuestra inteligencia, es la mejor herencia que podemos dejarnos a nosotros mismos. Con ella conocemos y por ella nos reconocemos. Con la poesía las emociones se abren a la luz.
En el principio fue el verso. Cuando el niño aprende a leer, un código secreto se le revela. Cuando alguien se acerca por primera vez a la poesía, un canto inesperado lo deslumbra. En el aprendizaje constante que constituye el hecho de ser hombre, la poesía potencia nuestros sentidos y enriquece nuestra inteligencia, es la mejor herencia que podemos dejarnos a nosotros mismos. Con ella conocemos y por ella nos reconocemos. Con la poesía las emociones se abren a la luz.