Emmy Noether es la única mujer cuyo nombre puede encontrarse al hojear un texto clásico de física o matemáticas al lado de Gauss o Einstein. Debido en primer lugar a su condición de mujer y más tarde por ser judía en la Alemania nazi de los años treinta, tuvo que dar clases de manera semiclandestina y colaborar anónimamente en la principal revista matemática de su tiempo.
La magnitud de su influencia puede ser igualada por muy pocos matemáticos del siglo XX. Entre otras cosas, contribuyó decisivamente a dotar de una base matemática sólida a la teoría general de la relatividad, y el propio Einstein se involucró en el largo y escandaloso proceso para que fuera admitida en el claustro de la Universidad de Gotinga.
Emmy Noether es la única mujer cuyo nombre puede encontrarse al hojear un texto clásico de física o matemáticas al lado de Gauss o Einstein. Debido en primer lugar a su condición de mujer y más tarde por ser judía en la Alemania nazi de los años treinta, tuvo que dar clases de manera semiclandestina y colaborar anónimamente en la principal revista matemática de su tiempo.
La magnitud de su influencia puede ser igualada por muy pocos matemáticos del siglo XX. Entre otras cosas, contribuyó decisivamente a dotar de una base matemática sólida a la teoría general de la relatividad, y el propio Einstein se involucró en el largo y escandaloso proceso para que fuera admitida en el claustro de la Universidad de Gotinga.