Iborismos, una visión llena y repleta de algo que tenemos a la vista, y como a
muchas cosas, no le damos el valor que corresponde.
La ciudad, lo urbano, es la conjunción del ingenio humano echo materia. Esa
materia tiene una vida tan particular y peculiar como quienes la habitan y es en
ese caldo de cultivo que se crean las historias, las reflexiones y las
conclusiones.
Desde una perspectiva práctica cada elemento ubicado en una ciudad tiene un
uso específico. Desde lo meramente estético hasta lo básicamente útil, cada
detalle tiene, antes de ser creado, su utilidad definida. Pero cuando es
colocado, elaborado y puesto a merced de quienes lo utilizan se crea algo
nuevo. La relación de la urbe con su elemento primordial, el ser humano. En
esta relación es en donde, tanto la persona como el objeto adquieren un nuevo
significado. Incluso, tal como el autor resalta en este libro, se crea una nueva
especie-elemento, como si la relación entre el objeto y el sujeto tuviese vida
propia.
Eso de crear y ajustar el espacio, eso de recrear una y mil veces esa relación
es algo que el hombre ha procurado siempre. Todo este proceso derivó en la
inquieta arquitectura, esa búsqueda de la de antiguas civilizaciones y su
empeño por involucrarse con el espacio de forma más ajustada a sus
requerimientos y el atrevimiento moderno de convertirnos en creadores infinitos
de elementos que estuvieran a disposición del colectivo. La arquitectura es la
evolución de esta inquietud. Es el intento de sobrepasar la mera utilidad de
algo y hacer que los elementos sean además estéticos, accesibles y de mayor
aprovechamiento. Busca que el elemento evolucione a la medida o con mayor
rapidez que quienes lo utilizan. La arquitectura ha llevado a un nuevo nivel la
relación del individuo con la urbe.
Republica Dominicana, y lo pintoresco de todo lo que la conforma, es una
fuente inagotable de recursos para quien busca analizar esa relación. Se
requiere de un ojo critico, de buenos antecedentes y de un famoso “baño de
pueblo” para lograr un análisis a la altura de esta correlación. El volumen 1 de
IBORISMOS nos lleva por este recorrido. Nos ínsita a ver la urbe con otros ojos
y a ajustar nuestra percepción para poder observar de manera más completa lo
que nos rodea e influencia.
Desde el principio hasta el final, IBORISMOS nos entrega razonamientos
vitales. Página tras página una nueva historia o experiencia y detrás de ello la
observación particular y hasta irreverente del autor que logra involucrarnos más
con nuestro entorno y divertirnos, emocionarnos y mezclarnos en el proceso.
Iborismos, una visión llena y repleta de algo que tenemos a la vista, y como a
muchas cosas, no le damos el valor que corresponde.
La ciudad, lo urbano, es la conjunción del ingenio humano echo materia. Esa
materia tiene una vida tan particular y peculiar como quienes la habitan y es en
ese caldo de cultivo que se crean las historias, las reflexiones y las
conclusiones.
Desde una perspectiva práctica cada elemento ubicado en una ciudad tiene un
uso específico. Desde lo meramente estético hasta lo básicamente útil, cada
detalle tiene, antes de ser creado, su utilidad definida. Pero cuando es
colocado, elaborado y puesto a merced de quienes lo utilizan se crea algo
nuevo. La relación de la urbe con su elemento primordial, el ser humano. En
esta relación es en donde, tanto la persona como el objeto adquieren un nuevo
significado. Incluso, tal como el autor resalta en este libro, se crea una nueva
especie-elemento, como si la relación entre el objeto y el sujeto tuviese vida
propia.
Eso de crear y ajustar el espacio, eso de recrear una y mil veces esa relación
es algo que el hombre ha procurado siempre. Todo este proceso derivó en la
inquieta arquitectura, esa búsqueda de la de antiguas civilizaciones y su
empeño por involucrarse con el espacio de forma más ajustada a sus
requerimientos y el atrevimiento moderno de convertirnos en creadores infinitos
de elementos que estuvieran a disposición del colectivo. La arquitectura es la
evolución de esta inquietud. Es el intento de sobrepasar la mera utilidad de
algo y hacer que los elementos sean además estéticos, accesibles y de mayor
aprovechamiento. Busca que el elemento evolucione a la medida o con mayor
rapidez que quienes lo utilizan. La arquitectura ha llevado a un nuevo nivel la
relación del individuo con la urbe.
Republica Dominicana, y lo pintoresco de todo lo que la conforma, es una
fuente inagotable de recursos para quien busca analizar esa relación. Se
requiere de un ojo critico, de buenos antecedentes y de un famoso “baño de
pueblo” para lograr un análisis a la altura de esta correlación. El volumen 1 de
IBORISMOS nos lleva por este recorrido. Nos ínsita a ver la urbe con otros ojos
y a ajustar nuestra percepción para poder observar de manera más completa lo
que nos rodea e influencia.
Desde el principio hasta el final, IBORISMOS nos entrega razonamientos
vitales. Página tras página una nueva historia o experiencia y detrás de ello la
observación particular y hasta irreverente del autor que logra involucrarnos más
con nuestro entorno y divertirnos, emocionarnos y mezclarnos en el proceso.