Libertario, individualista, periodista, economista incluso, pero también escritor gigante y polemista implacable, del que en su tiempo se decía que «respiraba humo y fuego», Benjamin Tucker fue amigo de Walt Whitman y defensor de Oscar Wilde y de los derechos de los homosexuales en el crepúsculo del siglo XIX. Un hombre que rebasó los confines de su tiempo y sentó las bases de una manera de pensar que desafía, todavía hoy, las formas de pensar imperantes.
Libertario, individualista, periodista, economista incluso, pero también escritor gigante y polemista implacable, del que en su tiempo se decía que «respiraba humo y fuego», Benjamin Tucker fue amigo de Walt Whitman y defensor de Oscar Wilde y de los derechos de los homosexuales en el crepúsculo del siglo XIX. Un hombre que rebasó los confines de su tiempo y sentó las bases de una manera de pensar que desafía, todavía hoy, las formas de pensar imperantes.