La lectura de Las muertas constituye una experiencia incómoda. Ambientada en el México más siniestro y contada a partira de la más profunda ironía, la historia verídica de una red de trata de mujeres y de los asesinatos que terminan por desbaratarla resulta a la vez una denuncia del poder político mexicano y una farsa de costumbres de las que nadie, ni siquiera el narrador, sale indemne.
Las muertas reelabora materiales documentales del caso real y puede ser leída como un cuestionamiento de las potencias del realismo testimonial que gana la escena durante la década del setenta en la literatura latinoamericana y de cuya sombra es posible que todavía no nos hayamos librado. Ese cuestionamiento subraya la dificultad para contar hechos traumáticos: porque el objeto de Las muertas no son los crímenes mismos ni los criminales, sino las formas de imaginar el lugar de la mujer y el crimen en la sociedad mexicana, el orden político y social que hace posible el femicidio. Ese orden sólo puede narrarse con un escepticismo que produce, fatalmente, una sonrisa temblorosa.
Esta edición incluye un ensayo de Ángel Rama sobre la novela y un anexo con dos crónicas de Ibargüengoitía.
La lectura de Las muertas constituye una experiencia incómoda. Ambientada en el México más siniestro y contada a partira de la más profunda ironía, la historia verídica de una red de trata de mujeres y de los asesinatos que terminan por desbaratarla resulta a la vez una denuncia del poder político mexicano y una farsa de costumbres de las que nadie, ni siquiera el narrador, sale indemne.
Las muertas reelabora materiales documentales del caso real y puede ser leída como un cuestionamiento de las potencias del realismo testimonial que gana la escena durante la década del setenta en la literatura latinoamericana y de cuya sombra es posible que todavía no nos hayamos librado. Ese cuestionamiento subraya la dificultad para contar hechos traumáticos: porque el objeto de Las muertas no son los crímenes mismos ni los criminales, sino las formas de imaginar el lugar de la mujer y el crimen en la sociedad mexicana, el orden político y social que hace posible el femicidio. Ese orden sólo puede narrarse con un escepticismo que produce, fatalmente, una sonrisa temblorosa.
Esta edición incluye un ensayo de Ángel Rama sobre la novela y un anexo con dos crónicas de Ibargüengoitía.