Begsoniano por su formación filosófica. T. E. Hulme ha sabido extraer consecuencias que hubiera extrañado al filosofo francés que tuvo confianza en él y lo recomendó diciendo que estaba destinado a sobresalir sobre todo en el campo de la filosofía del arte. Y acertó, por cierto, no tanto por la profundidad de su pensamiento estético, lleno de anticipaciones, como por la agudeza de sus planteos en relación con el arte de su tiempo. El lector encontrará en estos ensayos, argumentos certeros que justifican los movimientos de vanguardia, escritos antes de 1916, cuando sólo un ojo muy fino y una inteligencia muy penetrante podían atisbarlos.
Begsoniano por su formación filosófica. T. E. Hulme ha sabido extraer consecuencias que hubiera extrañado al filosofo francés que tuvo confianza en él y lo recomendó diciendo que estaba destinado a sobresalir sobre todo en el campo de la filosofía del arte. Y acertó, por cierto, no tanto por la profundidad de su pensamiento estético, lleno de anticipaciones, como por la agudeza de sus planteos en relación con el arte de su tiempo. El lector encontrará en estos ensayos, argumentos certeros que justifican los movimientos de vanguardia, escritos antes de 1916, cuando sólo un ojo muy fino y una inteligencia muy penetrante podían atisbarlos.