Cáusticos y corrosivos poemas escritos en Europa en 2007. Madrid, París y Chemnitz son los escenarios. El poeta no ahorra ácido para profundizar hasta la médula en lo que toca: mujeres, cinismo, un cuadro de Vermeer, un supermercado famoso, y en las meditaciones lentas y deliciosas que surgen en ciertos rincones de Alemania y París.
Cáusticos y corrosivos poemas escritos en Europa en 2007. Madrid, París y Chemnitz son los escenarios. El poeta no ahorra ácido para profundizar hasta la médula en lo que toca: mujeres, cinismo, un cuadro de Vermeer, un supermercado famoso, y en las meditaciones lentas y deliciosas que surgen en ciertos rincones de Alemania y París.