El joven Heliodoro Ganoso –Helio- es funcionario municipal. Por su educación, circunstancias familiares, etc. se ha ido cargando de manías y prevenciones contra casi todo; incluso en su aspecto físico resulta un poco friki. No está preparado para las relaciones con el otro sexo y en cuanto trata un poco a una chica cree enamorarse. En un momento dado, entra en su vida una mujer algo mayor que él, si cabe con más manías pero con más experiencia. Con su amistad, Helio empieza a evolucionar casi sin darse cuenta. Las situaciones en que se ve envuelto, unas veces más absurdas que otras, son casi todas divertidas, aunque incluso deba destapar un intento de “pelotazo” urbanístico. Por fin, acaba la novela con un protagonista más despierto y dispuesto a aprovechar lo que la vida le ofrece.Si disfrutaste con Wilt, de Sharpe, o con Ignatius J. Reilly, de Toole, pasarás un buen rato con H.Ganoso.Los personajes del entorno de Helio están muy definidos y contribuyen a crear la atmósfera buscada y a crear momentos de Sebas –su amigo del alma, artista y también afectado, aunque menos, por su educación-, las respectivas madres y sus correspondientes parejas –un chino maestro de feng shui y el ciego Raimundo-, sus queridas compañeras Sara y Tina, y por supuesto su gata Nietzshe y Pisha, el perro de Sebas, que también opinan. Y todos los demá Don Juan Rodrigo “El maldito”, Silvino “El bidel”, Dragana, Dalia y Dora, etc. Entre todos hacen que en cada página suceda algo, de modo que la lectura resulta ágil y trepidante.
El joven Heliodoro Ganoso –Helio- es funcionario municipal. Por su educación, circunstancias familiares, etc. se ha ido cargando de manías y prevenciones contra casi todo; incluso en su aspecto físico resulta un poco friki. No está preparado para las relaciones con el otro sexo y en cuanto trata un poco a una chica cree enamorarse. En un momento dado, entra en su vida una mujer algo mayor que él, si cabe con más manías pero con más experiencia. Con su amistad, Helio empieza a evolucionar casi sin darse cuenta. Las situaciones en que se ve envuelto, unas veces más absurdas que otras, son casi todas divertidas, aunque incluso deba destapar un intento de “pelotazo” urbanístico. Por fin, acaba la novela con un protagonista más despierto y dispuesto a aprovechar lo que la vida le ofrece.Si disfrutaste con Wilt, de Sharpe, o con Ignatius J. Reilly, de Toole, pasarás un buen rato con H.Ganoso.Los personajes del entorno de Helio están muy definidos y contribuyen a crear la atmósfera buscada y a crear momentos de Sebas –su amigo del alma, artista y también afectado, aunque menos, por su educación-, las respectivas madres y sus correspondientes parejas –un chino maestro de feng shui y el ciego Raimundo-, sus queridas compañeras Sara y Tina, y por supuesto su gata Nietzshe y Pisha, el perro de Sebas, que también opinan. Y todos los demá Don Juan Rodrigo “El maldito”, Silvino “El bidel”, Dragana, Dalia y Dora, etc. Entre todos hacen que en cada página suceda algo, de modo que la lectura resulta ágil y trepidante.