Este libro aspira a situar la filosofía ante las ciencias y está escrito con un ánimo que se alza contra las concepciones idolátricas de la ciencia, a la vez que contra el irracionalismo o las exquisiteces metacientíficas. Lo inspiran, sobre todo, la frase de Einstein de que la ciencia entera es sólo un refinamiento del pensar de cada día y la glosa platónica de la «filosofía» como búsqueda insatisfecha e inacabable de la «sabiduría toda entera» y exigencia de dar razón de las cosas y de nuestra vida.
Este libro aspira a situar la filosofía ante las ciencias y está escrito con un ánimo que se alza contra las concepciones idolátricas de la ciencia, a la vez que contra el irracionalismo o las exquisiteces metacientíficas. Lo inspiran, sobre todo, la frase de Einstein de que la ciencia entera es sólo un refinamiento del pensar de cada día y la glosa platónica de la «filosofía» como búsqueda insatisfecha e inacabable de la «sabiduría toda entera» y exigencia de dar razón de las cosas y de nuestra vida.