Llu quería salir de casa para ir al parque pero no la dejaban.
—Hoy no —le dijo su mamá cuando le solicitó permiso.
—Hoy tampoco —le respondió su papá cuando le volvió a pedir permiso.
Lo que a Llu le daba más coraje es que afuera no parecía que sucediera nada malo. El aire corría con mucha frescura y movía las ramas de los árboles sacándoles un ruido tranquilizador. Como había menos coches, era más fácil escuchar las aves.
Llu quería salir de casa para ir al parque pero no la dejaban.
—Hoy no —le dijo su mamá cuando le solicitó permiso.
—Hoy tampoco —le respondió su papá cuando le volvió a pedir permiso.
Lo que a Llu le daba más coraje es que afuera no parecía que sucediera nada malo. El aire corría con mucha frescura y movía las ramas de los árboles sacándoles un ruido tranquilizador. Como había menos coches, era más fácil escuchar las aves.