Entre visillos narra la vida en una ciudad de provincias —probablemente Salamanca—, llena de rutina, conservadurismo e hipocresía. A través de la charla aparentemente banal de un grupo de muchachas, conocemos sus ocupaciones cotidianas —los paseos y primeros noviazgos, las salidas del instituto, las sesiones de cines, los bailes en el Casino—, sus angustias, su temor a la soltería, la insalvable tristeza que asoma tras el aburrimiento y la falta de imaginación.
Entre visillos narra la vida en una ciudad de provincias —probablemente Salamanca—, llena de rutina, conservadurismo e hipocresía. A través de la charla aparentemente banal de un grupo de muchachas, conocemos sus ocupaciones cotidianas —los paseos y primeros noviazgos, las salidas del instituto, las sesiones de cines, los bailes en el Casino—, sus angustias, su temor a la soltería, la insalvable tristeza que asoma tras el aburrimiento y la falta de imaginación.