Siracusa, Sicilia, siglo v a.C. En plena guerra del Peloponeso, dos ciudadanos griegos pasean por la cantera donde los atenienses recién derrotados mueren lentamente de sed e inanición, y ofrecen agua y queso a los que sean capaces de recitar unos versos de Eurípides. No cabe duda de que los atenienses son unos desgraciados, pero… ¿Y lo bien que escriben sus poetas? Para rescatar Medea y Las troyanas de las garras de la guerra, Gelon y Lampo recurren a un reparto de enemigos moribundos y se cruzan con una sucesión de personajes variopintos. Una atrecista temible, un traficante hiberniano, un grupo de niñatos aristócratas… Pero producir una obra de teatro no es tan fácil, y pronto esta aventura rebasará los límites del escenario. Con un doble dominio del momento histórico sobre el que escribe y desde el que escribe, el autor modela una historia disparatada y atemporal que hará reír, llorar y aplaudir con entusiasmo por igual a lectores de Esquilo y de Nick Hornby.
Siracusa, Sicilia, siglo v a.C. En plena guerra del Peloponeso, dos ciudadanos griegos pasean por la cantera donde los atenienses recién derrotados mueren lentamente de sed e inanición, y ofrecen agua y queso a los que sean capaces de recitar unos versos de Eurípides. No cabe duda de que los atenienses son unos desgraciados, pero… ¿Y lo bien que escriben sus poetas? Para rescatar Medea y Las troyanas de las garras de la guerra, Gelon y Lampo recurren a un reparto de enemigos moribundos y se cruzan con una sucesión de personajes variopintos. Una atrecista temible, un traficante hiberniano, un grupo de niñatos aristócratas… Pero producir una obra de teatro no es tan fácil, y pronto esta aventura rebasará los límites del escenario. Con un doble dominio del momento histórico sobre el que escribe y desde el que escribe, el autor modela una historia disparatada y atemporal que hará reír, llorar y aplaudir con entusiasmo por igual a lectores de Esquilo y de Nick Hornby.