Autobiógrafo no pretende ser otra cosa que una historieta, pero desde una lucidez y comprensión del lenguaje historietístico que revela la cristalización de esa experiencia ya centenaria. Los primeros historietistas no leían historieta – probablemente no se la tomaran muy en serio -. Reggiani/López tampoco se lo toman en serio, pero han leído lo suficiente como para no poder escapar a su propio hechizo. La elasticidad del lenguaje les permite a un académico y a un artista multitarea contar sin renunciar a ser ellos mismos. El relato son ellos: los experimentos artísticos, las notas al pie, las interrupciones, los debates autorales, la constante intervención sobre la trama que deviene trama. Autobiógrafo es menos la biografía imaginaria de dos sujetos que la disección de un lenguaje y sus posibilidades.
Autobiógrafo no pretende ser otra cosa que una historieta, pero desde una lucidez y comprensión del lenguaje historietístico que revela la cristalización de esa experiencia ya centenaria. Los primeros historietistas no leían historieta – probablemente no se la tomaran muy en serio -. Reggiani/López tampoco se lo toman en serio, pero han leído lo suficiente como para no poder escapar a su propio hechizo. La elasticidad del lenguaje les permite a un académico y a un artista multitarea contar sin renunciar a ser ellos mismos. El relato son ellos: los experimentos artísticos, las notas al pie, las interrupciones, los debates autorales, la constante intervención sobre la trama que deviene trama. Autobiógrafo es menos la biografía imaginaria de dos sujetos que la disección de un lenguaje y sus posibilidades.