Las historias contadas a lo largo de Absurdus Delirium no responden al canon clásico de historieta / chiste, de una sola página , tan típica de las revistas de humor, de la malograda “Escuela Bruguera”, en la que la historia termina por resolverse en el “gag final” de la última viñeta. Ni siquiera puede hablarse siempre de historias autoconclusivas, ya que, en un sentido estricto, muchas de ellas ni siquiera acaban. Lo que nos presentan los autores podría tratarse de pequeños “slice of life”, si no fuera porque, en este caso, la realidad que retratan posee un giro esquizofrénico que la hace diferente de la que conocemos.
Las historias contadas a lo largo de Absurdus Delirium no responden al canon clásico de historieta / chiste, de una sola página , tan típica de las revistas de humor, de la malograda “Escuela Bruguera”, en la que la historia termina por resolverse en el “gag final” de la última viñeta. Ni siquiera puede hablarse siempre de historias autoconclusivas, ya que, en un sentido estricto, muchas de ellas ni siquiera acaban. Lo que nos presentan los autores podría tratarse de pequeños “slice of life”, si no fuera porque, en este caso, la realidad que retratan posee un giro esquizofrénico que la hace diferente de la que conocemos.