No se trata de un autor desconocido entre nosotros. Tal vez por su cercanía a los poetas hispanoamericanos , a sus lecturas de Borges y Alberti , o a sus viajes a Lima y a Río de Janeiro , la poesía de Strand tiene detrás del idioma y de su idiosincrasia norteamericanos cierto aire de familia que le permite ingresar en nuestra sensibilidad sin necesidad alguna de llamar a la puerta. Esta amplitud de intereses -que va de la mano con su curiosidad intelectual- lo sitúa en un lugar de excepción en la tradición poética norteamericana.
Equidistante del meditado pictorialismo de Stevens y del desgarramiento confesional de Ginsberg, la poesía de Strand se encuentra atravesada por una mirada oscura que a fuerza de ennegrecer lo mirado le devuelve un inesperado brillo, una luminosidad que presenta las cosas más cotidianas como si fueran vistas por primera vez. No se trata de una mirada total que saquea el mundo en beneficio propio, sino de una mirada sesgada y humilde cuya llave abre la puerta de aquellos mapas negros donde nos invita a entrar, siempre a solas.
No se trata de un autor desconocido entre nosotros. Tal vez por su cercanía a los poetas hispanoamericanos , a sus lecturas de Borges y Alberti , o a sus viajes a Lima y a Río de Janeiro , la poesía de Strand tiene detrás del idioma y de su idiosincrasia norteamericanos cierto aire de familia que le permite ingresar en nuestra sensibilidad sin necesidad alguna de llamar a la puerta. Esta amplitud de intereses -que va de la mano con su curiosidad intelectual- lo sitúa en un lugar de excepción en la tradición poética norteamericana.
Equidistante del meditado pictorialismo de Stevens y del desgarramiento confesional de Ginsberg, la poesía de Strand se encuentra atravesada por una mirada oscura que a fuerza de ennegrecer lo mirado le devuelve un inesperado brillo, una luminosidad que presenta las cosas más cotidianas como si fueran vistas por primera vez. No se trata de una mirada total que saquea el mundo en beneficio propio, sino de una mirada sesgada y humilde cuya llave abre la puerta de aquellos mapas negros donde nos invita a entrar, siempre a solas.