«Cuántas sombras a nuestro alrededor. Y las mismas nos llevan. Dicen que es la mañana. Dicen que es el verano. Lo cierto es que galopamos».
Las cuestiones de la gloria y la carne, del poder, el arte y la fe, son tratadas magistralmente en estas páginas: la sed, en mitad de la ciénaga del mundo, de una plétora, celeste o material, que colme la nada.
El último verso de una crónica comentada regresa como una antífona en estos tres relatos ardientes, crueles, excesivos, que evocan hacia el año mil a las primeras generaciones de benedictinos que establecieron sus monasterios en las islas y las marismas de la Vandea, bajo la alta supervisión de Cluny, en una época en la que el cristianismo y el paganismo están estrechamente imbricados.
Pierre Michon
Pasó su infancia en Guéret, en la Creuse. Fue educado por su madre, institutriz, una vez que su padre abandonó el hogar. Estudió letras en Clermont-Ferrand, y dedicó a Antonin Artaud su memoria de licenciatura. Ejerció como profesor, y formó parte de una compañía de teatro, con la recorrió toda Francia.
«Cuántas sombras a nuestro alrededor. Y las mismas nos llevan. Dicen que es la mañana. Dicen que es el verano. Lo cierto es que galopamos».
Las cuestiones de la gloria y la carne, del poder, el arte y la fe, son tratadas magistralmente en estas páginas: la sed, en mitad de la ciénaga del mundo, de una plétora, celeste o material, que colme la nada.
El último verso de una crónica comentada regresa como una antífona en estos tres relatos ardientes, crueles, excesivos, que evocan hacia el año mil a las primeras generaciones de benedictinos que establecieron sus monasterios en las islas y las marismas de la Vandea, bajo la alta supervisión de Cluny, en una época en la que el cristianismo y el paganismo están estrechamente imbricados.
Pierre Michon
Pasó su infancia en Guéret, en la Creuse. Fue educado por su madre, institutriz, una vez que su padre abandonó el hogar. Estudió letras en Clermont-Ferrand, y dedicó a Antonin Artaud su memoria de licenciatura. Ejerció como profesor, y formó parte de una compañía de teatro, con la recorrió toda Francia.