Integrado por sesenta y seis poemas en prosa, el escritor confesó haberlos escrito de un tirón entre noviembre del 2011 y marzo del 2012, y sólo llegaba a tener conciencia de ellos, de su presencia, cuando abandonaba el lápiz o el ordenador y la memoria ponía en orden los recuerdos.
Según Pedro Juan Gutiérrez, Arrastrando hojas secas hacia la oscuridad debe ser apreciado como una novela escrita en clave poética, donde lo que predomina es el ejercicio del repaso de la existencia y la memoria de lo vivido.
Un ser humano acosado por los recuerdos, que busca desesperadamente el equilibrio interior, predomina en la lectura del poemario, diferente a los anteriores donde el autor se debatía entre el delirio, la violencia, el alcohol, el sexo, la ironía y las turbulencia de una vida entregada a las pasiones.
Integrado por sesenta y seis poemas en prosa, el escritor confesó haberlos escrito de un tirón entre noviembre del 2011 y marzo del 2012, y sólo llegaba a tener conciencia de ellos, de su presencia, cuando abandonaba el lápiz o el ordenador y la memoria ponía en orden los recuerdos.
Según Pedro Juan Gutiérrez, Arrastrando hojas secas hacia la oscuridad debe ser apreciado como una novela escrita en clave poética, donde lo que predomina es el ejercicio del repaso de la existencia y la memoria de lo vivido.
Un ser humano acosado por los recuerdos, que busca desesperadamente el equilibrio interior, predomina en la lectura del poemario, diferente a los anteriores donde el autor se debatía entre el delirio, la violencia, el alcohol, el sexo, la ironía y las turbulencia de una vida entregada a las pasiones.