El prólogo es una interesante colección de pensamientos sobre la función del reseñista dentro del mercado editorial. Echevarría define al reseñista como un crítico literario que ejerce su labor en la prensa diaria con todas las limitaciones que ello implica, un espacio reducido y un lector que busca apresuradamente el "palo" o el "elogio". El reseñista aspira a hacerse un hueco entre el periodista y el publicista. Así, por ejemplo, la primera reseña de Echevarría en El País estuvo dedicada a desmontar el vergonzoso encumbramiento de Antonio Gala y Fernando Sánchez Dragó en el Premio Planeta de 1990.
El prólogo es una interesante colección de pensamientos sobre la función del reseñista dentro del mercado editorial. Echevarría define al reseñista como un crítico literario que ejerce su labor en la prensa diaria con todas las limitaciones que ello implica, un espacio reducido y un lector que busca apresuradamente el "palo" o el "elogio". El reseñista aspira a hacerse un hueco entre el periodista y el publicista. Así, por ejemplo, la primera reseña de Echevarría en El País estuvo dedicada a desmontar el vergonzoso encumbramiento de Antonio Gala y Fernando Sánchez Dragó en el Premio Planeta de 1990.