El sacrificio humano en Mesoamérica está documentado de manera muy desigual. Sabemos mucho más sobre el Posclásico que sobre los periodos anteriores y conocemos mejor el Posclásico del Altiplano mexicano que los de otras regiones. Para el Preclásico y el Clásico debemos conformarnos con los datos proporcionados por la arqueología y la iconografía, y con lo poco que dicen al respecto las inscripciones mayas. En cambio, para el Posclásico tenemos, además, una gran cantidad de fuentes escritas. El Popol Vuh, libro sagrado de los mayas-quichés, es muy interesante porque algunas variantes de los mitos que contiene se cuentan hasta nuestros días en varias partes de Mesoamérica, y porque, según especialistas, esos mitos aparecen en vasijas del periodo Clásico. Esto, junto con otros muchos elementos, muestra la gran continuidad de las tradiciones religiosas mesoamericanas. Si queremos comprender el sacrificio humano debemos apoyarnos en esas fuentes, en particular en las del Centro de México, pues, como afirmó fray Bartolomé de las Casas: “…la religión de toda la Nueva España por más de ochocientas leguas en torno es toda cuasi una, dentro de las cuales se comprehenden las provincias de Guatimala y de Honduras y de Nicaragua”; en efecto, casi una, ya que hay muchas variantes y hasta concepciones teológicas diferentes, incluso entre los mexicas.
Language
Spanish
Pages
96
Format
Paperback
Publisher
CONACULTA/INAH
Release
September 01, 2003
El sacrificio humano (Arqueología Mexicana, septiembre-octubre 2003, Vol 11, #63)
El sacrificio humano en Mesoamérica está documentado de manera muy desigual. Sabemos mucho más sobre el Posclásico que sobre los periodos anteriores y conocemos mejor el Posclásico del Altiplano mexicano que los de otras regiones. Para el Preclásico y el Clásico debemos conformarnos con los datos proporcionados por la arqueología y la iconografía, y con lo poco que dicen al respecto las inscripciones mayas. En cambio, para el Posclásico tenemos, además, una gran cantidad de fuentes escritas. El Popol Vuh, libro sagrado de los mayas-quichés, es muy interesante porque algunas variantes de los mitos que contiene se cuentan hasta nuestros días en varias partes de Mesoamérica, y porque, según especialistas, esos mitos aparecen en vasijas del periodo Clásico. Esto, junto con otros muchos elementos, muestra la gran continuidad de las tradiciones religiosas mesoamericanas. Si queremos comprender el sacrificio humano debemos apoyarnos en esas fuentes, en particular en las del Centro de México, pues, como afirmó fray Bartolomé de las Casas: “…la religión de toda la Nueva España por más de ochocientas leguas en torno es toda cuasi una, dentro de las cuales se comprehenden las provincias de Guatimala y de Honduras y de Nicaragua”; en efecto, casi una, ya que hay muchas variantes y hasta concepciones teológicas diferentes, incluso entre los mexicas.