Un actor y una actriz de cine porno huyen de sus vidas pasadas en un Chrysler Imperial negro junto a la hija, aún niña, de la mujer. Conducen bajo un sol inclemente, por carreteras siempre iguales, por paisajes inhóspitos y de caballos muertos: paisajes de países pobres. Cada uno de ellos nos cuenta ese viaje, su huida hacia ninguna parte, pero será otra cuarta voz, la de un director de documentales fascinado por esta historia, la que nos narre, ya en el presente, cuánto puede haber de esos tres personajes solitarios en cada uno de nosotros.
El pasado es, en esta magnética novela, un territorio nebuloso del cual no se puede escapar, y a pesar de que el viaje logra convertir los lugares más impersonales —cafeterías, hoteles, lavanderías...— en lugares particulares y llenos de sentido, el peso de lo vivido, de lo abandonado, parece seguir condenando a los personajes —a todos ellos— al desarraigo, a la sensación de ser intrusos en todas partes... Aunque tal vez el regreso sea, piensa el lector al cerrar el libro, una forma nueva de renacimiento.
Un actor y una actriz de cine porno huyen de sus vidas pasadas en un Chrysler Imperial negro junto a la hija, aún niña, de la mujer. Conducen bajo un sol inclemente, por carreteras siempre iguales, por paisajes inhóspitos y de caballos muertos: paisajes de países pobres. Cada uno de ellos nos cuenta ese viaje, su huida hacia ninguna parte, pero será otra cuarta voz, la de un director de documentales fascinado por esta historia, la que nos narre, ya en el presente, cuánto puede haber de esos tres personajes solitarios en cada uno de nosotros.
El pasado es, en esta magnética novela, un territorio nebuloso del cual no se puede escapar, y a pesar de que el viaje logra convertir los lugares más impersonales —cafeterías, hoteles, lavanderías...— en lugares particulares y llenos de sentido, el peso de lo vivido, de lo abandonado, parece seguir condenando a los personajes —a todos ellos— al desarraigo, a la sensación de ser intrusos en todas partes... Aunque tal vez el regreso sea, piensa el lector al cerrar el libro, una forma nueva de renacimiento.