Tras una cruenta guerra civil, Bolivia ha dejado de existir como nación. La población ha abandonado las ciudades y se repliega en comunas rurales mientras grupos armados conocidos como las brigadas imponen su ley a sangre y fuego. Ejecuciones, fosas comunes y canibalismo: este es el paisaje de fondo de "En el cuerpo una voz", una novela que a partir de un acontecimiento ficticio condensa episodios de la historia de muchas naciones latinoamericanas, e incluso del presente mexicano.
Polifónica y ambientada en temporalidades distintas, esta es la historia de un hombre que logra huir de un enfrentamiento con la más sanguinaria de las brigadas, la comandada por el General; es también el recuento, en los años posteriores al armisticio, de la memoria de los sobrevivientes del conflicto y de un joven cuyos padres fueron asesinados por el General y sus esbirros; finalmente, es una reflexión sobre la delgada línea que divide la justicia de la venganza.
Con una escritura contundente y delirante, Maximiliano Barrientos nos confronta con una violencia cruda, tanto física como psicológica; pero también con las posibilidades que tenemos para poder aliviar las heridas –sociales e individuales– que somos capaces de infligirnos mutuamente.
Tras una cruenta guerra civil, Bolivia ha dejado de existir como nación. La población ha abandonado las ciudades y se repliega en comunas rurales mientras grupos armados conocidos como las brigadas imponen su ley a sangre y fuego. Ejecuciones, fosas comunes y canibalismo: este es el paisaje de fondo de "En el cuerpo una voz", una novela que a partir de un acontecimiento ficticio condensa episodios de la historia de muchas naciones latinoamericanas, e incluso del presente mexicano.
Polifónica y ambientada en temporalidades distintas, esta es la historia de un hombre que logra huir de un enfrentamiento con la más sanguinaria de las brigadas, la comandada por el General; es también el recuento, en los años posteriores al armisticio, de la memoria de los sobrevivientes del conflicto y de un joven cuyos padres fueron asesinados por el General y sus esbirros; finalmente, es una reflexión sobre la delgada línea que divide la justicia de la venganza.
Con una escritura contundente y delirante, Maximiliano Barrientos nos confronta con una violencia cruda, tanto física como psicológica; pero también con las posibilidades que tenemos para poder aliviar las heridas –sociales e individuales– que somos capaces de infligirnos mutuamente.