A Víktor Vladímirovich, que tomaría el nombre eslavo de Velimír, le tocó nacer el 28 de octubre de 1885, en Malye Derbety, pleno Delta del Volga, frontera euroasiática de Rusia, que estaría en la base de su interés por el Oriente como poeta del Occidente. Su madre, historiadora, amante de la música y las artes, tendrá gran influencia sobre él. Su hondo vínculo con las creaturas de la naturaleza, no es un tic romántico sino un aprendizaje de infancia, de entorno vivencial: su padre, ornitólogo, fue el promotor de la designación de un gran área del Astrajan como Parque Natural; él mismo viviría en ese medio hasta iniciar sus estudios universitarios, en 1903. Primero incursionando en física y matemáticas, en Kazan, luego en San Petersburgo, de donde pasó por estudios orientales y del sánscrito, y finalmente los de la filología rusa antes de abandonar toda academia. Y no dejaría de vagar por los desiertos, las playas, los grandes campos, buscando el contacto con los seres todos.
A Víktor Vladímirovich, que tomaría el nombre eslavo de Velimír, le tocó nacer el 28 de octubre de 1885, en Malye Derbety, pleno Delta del Volga, frontera euroasiática de Rusia, que estaría en la base de su interés por el Oriente como poeta del Occidente. Su madre, historiadora, amante de la música y las artes, tendrá gran influencia sobre él. Su hondo vínculo con las creaturas de la naturaleza, no es un tic romántico sino un aprendizaje de infancia, de entorno vivencial: su padre, ornitólogo, fue el promotor de la designación de un gran área del Astrajan como Parque Natural; él mismo viviría en ese medio hasta iniciar sus estudios universitarios, en 1903. Primero incursionando en física y matemáticas, en Kazan, luego en San Petersburgo, de donde pasó por estudios orientales y del sánscrito, y finalmente los de la filología rusa antes de abandonar toda academia. Y no dejaría de vagar por los desiertos, las playas, los grandes campos, buscando el contacto con los seres todos.