En Camila la rescata Eduardo López nos sumerge de manera provocadora en una prosa laberíntica que no permite escape. Las palabras son un juego onírico de atmósfera asfixiante donde el hilo conductor es la presencia siempre fantasmal de Camila, de Camila la inaprensible.
Pero ¿quién es Camila realmente?, ¿una mujer?, ¿todas las mujeres?, ¿un ángel?, ¿o un sueño?
Para el autor, encontrar a Camila, la fugitiva, es una tarea que el lector debe asumir. La lectura de la obra permite encontrar la propia Camila, la real, la imaginada, la conocida o desconocida...
En Camila la rescata Eduardo López nos sumerge de manera provocadora en una prosa laberíntica que no permite escape. Las palabras son un juego onírico de atmósfera asfixiante donde el hilo conductor es la presencia siempre fantasmal de Camila, de Camila la inaprensible.
Pero ¿quién es Camila realmente?, ¿una mujer?, ¿todas las mujeres?, ¿un ángel?, ¿o un sueño?
Para el autor, encontrar a Camila, la fugitiva, es una tarea que el lector debe asumir. La lectura de la obra permite encontrar la propia Camila, la real, la imaginada, la conocida o desconocida...