Según dice los que saben, Buenos Aires es una ciudad con una intensa vida oculta. Tal vez sea por la mezcla de sangres que trajeron la conquista y la inmigración, tal vez porque estén germinando aquí una era y una raza nueva; lo cierto es que los porteños manifiestan una empecinada vocación por lo esotérico, un hambre insolente para cifrar y descifrar misterios. Dos ensayistas y siete cuentistas intentan inventariar en este tomo los irracionalismos vernáculos: conjeturan la existencia de magos, videntes, astrólogos, espíritus elementales y otras fantasmagorías, con las que el lector - se supone- puede tropezar a la vuelta de cualquier esquina en la vida cotidiana.
Según dice los que saben, Buenos Aires es una ciudad con una intensa vida oculta. Tal vez sea por la mezcla de sangres que trajeron la conquista y la inmigración, tal vez porque estén germinando aquí una era y una raza nueva; lo cierto es que los porteños manifiestan una empecinada vocación por lo esotérico, un hambre insolente para cifrar y descifrar misterios. Dos ensayistas y siete cuentistas intentan inventariar en este tomo los irracionalismos vernáculos: conjeturan la existencia de magos, videntes, astrólogos, espíritus elementales y otras fantasmagorías, con las que el lector - se supone- puede tropezar a la vuelta de cualquier esquina en la vida cotidiana.